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epicondilitis

Epicondilitis, también llamada “Codo de tenista”

Se conoce como epicondilitis al dolor localizado en la parte externa del codo. Es provocado por una irritación en los tendones que se insertan en el epicóndilo (donde aparece el dolor).

Este dolor puede llegar a producir impotencia funcional al realizar algunos gestos, e incluso molestia al palpar la zona.

Causas

En la mayoría de los casos, la epicondilitis se produce por la realización de actividades repetitivas y de alta intensidad donde se superan las fuerzas que pueden soportar los tendones epicondíleos. Algunas de estas causas son las siguientes:

  1. Actividades deportivas: la práctica de deporte de raqueta como el tenis o el pádel son los causantes de entre el 5 y el 10% de las epicondilitis. Es por ello por lo que esta lesión también es conocida como codo de tenista.
  2. Trabajos de prensión mantenida: mantener el agarre de cualquier tipo de objeto durante periodos prolongados como martillos, sierras o cualquier herramienta.
  3. Movimientos de pronosupinación frecuentes: “rotar” el antebrazo y muñeca hacia uno y otro lado de forma repetitiva puede provocar la aparición de epicondilitis.
  4. Actividades repetitivas de flexionar la muñeca: como puede ser la escritura a mano.

El factor común de todas las actividades es la reiteración de un gesto durante un tiempo prologado y, en todos ellos, para que se produzca esta lesión se tiene que superar la carga a la que están acostumbrados a soportar los tendones.

Tratamiento para la epicondilitis

El tratamiento fisioterápico irá encaminado a disminuir la inflamación y relajar la tensión de la zona del epicóndilo. Para ello se llevará a cabo lo siguiente:

  • Ejercicio terapéutico: con el fin de que las estructuras se adapten a la carga que soportan en el día a día y que no se vuelva a producir la lesión.
  • Neuromodulación: para disminuir la sensación dolorosa.
  • EPI: en caso de que los tendones tengan una gran afectación buscando que estos recuperen a su estructura normal.
  • Radiofrecuencia: para disminuir la tensión de la zona afectada.
  • Ondas de choque: provoca un estímulo de reparación sobre los tendones.
  • Terapia manual: para la disminución de la tensión de la musculatura del antebrazo.

Como siempre decimos en las diferentes publicaciones, es de vital importancia que sea un profesional sanitario quien valore cuál de los tratamientos es el que mejor se adapta a cada paciente para que su recuperación sea óptima.