Escríbenos para ayudarte
Image Alt

E-vital

Hombro congelado

Capsulitis adhesiva. Fases, causas y tratamiento

La capsulitis adhesiva, u hombro congelado, es una pérdida progresiva de movilidad en el hombro acompañada de dolor.

Para el diagnóstico de esta patología primará la historia clínica, siendo de vital importancia conocer si este presenta alguno de los factores de riesgo que se mencionan a continuación.

Factores de riesgo para la capsulitis adhesiva

  • Tener una edad comprendida entre 40 y 60 años.
  • Padecer algunas enfermedades clave como diabetes, hipotiroidismo o Parkinson.
  • Haber mantenido el hombro inmovilizado durante largos periodos de tiempo después de cirugías o traumatismos.
  • Mayor prevalencia en el sexo femenino. Un 70% de las personas que la padecen son mujeres.

Fases de la capsulitis

Se pueden observar diferentes fases según el tiempo transcurrido desde el inicio de la patología.

  1. Fase inicial inflamatoria: suele durar entre 2 y 9 meses. La sintomatología suele ser un dolor difuso e intenso que prevalece frente a la rigidez de la articulación.
  2. Fase intermedia o de rigidez: suele estar comprendida entre 4 y 12 meses. Se caracteriza por una restricción importante del rango de movimiento.
  3. Fase de deshielo o resolución: puede llegar a durar hasta los 30 meses. En esta fase se produce el retorno a rangos de movimiento normales acompañado de una disminución del dolor.

Causas

En numerosos casos las causas son desconocidas. Aún así, las causas que sí conocemos que pueden provocar la capsulitis son:

  • Patologías en el bíceps braquial.
  • Bursitis o tendinitis del manguito rotador.
  • Calcificaciones en la articulación.
  • Radiculopatías a nivel cervical.
  • Accidentes cerebrovasculares (ictus).
  • Fracturas de húmero, clavícula o pared torácica.
  • Cáncer de mama.
  • Diabetes.
  • Trastornos en la glándula tiroides.

Tratamiento para la capsulitis adhesiva

En primera instancia, el tratamiento será fisioterápico y este consistirá en lo siguiente:

  • Terapia manual.
  • Movilizaciones activas y pasivas.
  • Técnicas neuromusculares.
  • Ejercicios activos de movilidad y fuerza muscular.
  • EPI y Neuromodulación.
  • Termoterapia.
  • Ondas de choque.

Si no presentara mejoría con las técnicas de tratamiento que se han citado, podría valorarse una intervención quirúrgica.